Josefa Espejo, esposa y gran amor de Emiliano Zapata

Nacida en 1879, en el poblado de Anenecuilco, Morelos, tierra natal de Emiliano Zapata, Josefa Espejo fue hija de dos hacendados porfiristas, que ostentaban riqueza y poder político. Su infancia y adolescencia transcurrieron sin preocupaciones durante el periodo conocido como la paz porfiriana.

Sin embargo, su vida cambiaría al enamorarse de Emiliano Zapata.

Amor en los tiempos revolucionarios

Primero, el noviazgo entre Josefa Espejo y Emiliano Zapata fue un escándalo, debido a que provenían de clases sociales muy distintas y solo pudieron contraer nupcias hasta que el padre de Josefa falleció en 1911.

La boda se llevó a cabo en el pueblo de Villa de Ayala, en plena lucha revolucionaria, y los padrinos fueron Francisco I. Madero y su esposa, Sara Pérez de Madero. Se dice que Zapata desaprobó el vestido de novia que Josefa mandó a hacer -por su excesivo lujo- y le pidió que vistiera con una indumentaria más sencilla, como la usada por los campesinos en sus bodas.

Josefa Espejo, viviendo a salto de mata

Ya como esposa del líder revolucionario, Josefa tuvo que extremar precauciones por su vida, y por los dos hijos que procreó con Zapata. Constantemente cambiaba de ubicación para evitar emboscadas o caer prisionera; y muchas veces escapó al monte con sus dos pequeños.

En 1916, la tragedia la alcanzó cuando primero, su hija Josefita de tres años, falleció por la picadura de un alacrán. Un año después, Felipe, de cinco años, murió al ser mordido por una víbora de cascabel.

Dos años después, en 1919, Emiliano Zapata sería asesinado en una emboscada en la Hacienda de Chinameca, Morelos, dejando a Josefa viuda.

La Generala

Vale la pena mencionar que posterior a la muerte de Zapata, a Josefa Espejo se le llamaba La Generala y como muchas mujeres de la época, siguió involucrada en el conflicto armado de la época: comandaba tropas y organizaba la entrega de alimentos para los combatientes.

Cuando la Revolución Mexicana terminó, Josefa regresó a su casa, a cuidar de sus hermanos y de los pocos bienes que quedaban de la familia.

En esos años, encabezó la construcción de la escuela secundaria “Tierra y Libertad” en la Villa de Ayala; en 1930 se unió al Bloque de Mujeres Revolucionarias, al Frente Único Pro-Derechos de la Mujer y a la Confederación de Precursores y Veteranos del Ejército Libertador del Sur.

Falleció en agosto de 1968, de causas naturales, a la edad de 89 años.

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